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jueves, 21 de enero de 2010

REPENSANDO AL HOMBRE: EN BUSCA DE CONCEPTOS PERDIDOS

REPENSANDO AL HOMBRE: EN BUSCA DE CONCEPTOS PERDIDOS
Por: RICARDO LARUG

Reflexionar sobre el hombre y su corporalidad desde una historia de los usos y abusos socioculturales de sus capacidades motrices tal vez carezca de importancia y sentido para la gente del común y para quienes advertir la sola presencia (percepción) de su misma existencia física no es tan complicado como sugerirles un concepto elaborado sobre el tema.


Qué bueno sería asumir “la corporalidad humana (yo-cuerpo)” desde un concepto con criterio y rigor que nos diera la posibilidad de desarrollar la capacidad personal de “conciencia somática y motriz” basada tanto en lo científico como en lo cultural y no simplemente desde la manipulada mediatización o desde los sospechosos conceptos vendidos a través del sistema educativo. Qué bueno sería asumir dicha conciencia como la capacidad de percepción crítica interna de “sí mismos” tanto en quietud como en movimiento, desde el “darse cuenta” de los efectos espacio-temporales de nuestras acciones sobre el devenir cotidiano sociocultural. http://viref.udea.edu.co/contenido/publicaciones/memorias_expo/educacion_fisica/cuatro.pdf


Qué bueno sería lograr re-significar el registro de las propias experiencias antes de automatizarlas y/o mecanizarlas a través de los comportamientos socializados, sin embargo abordar éste complejo tema significa no sólo pensarlo desde el momento en el cual se originó la "matriz socio-cultural" que llevó al hombre a pensar y actuar de la forma en que lo hace individual y colectivamente, sino re-contextualizarlo desde su manipulada realidad.


Pero … ¿por qué razón reflexionar sobre el producto que “somos” socio-psico-motrizmente después de tantos años de evolución y de transformación?. La respuesta es obvia: para entender no sólo el presente y futuro próximos como especie sin olvidar el pasado. Para no malgastar el tiempo pensando si ya otros lo hicieron por nosotros y evitar dedicarnos a “tragar entero”. ¿Alguna vez Usted, en algún momento de su cotidianidad, se ha atrevido a pensar si las personas que conforman las élites culturales y económicas más poderosas se basan en el conocimiento de la historia para elaborar sus maquiavélicos planes de dominio y manipulación?


Es decir, para lograr adoptar actitudes críticas frente a la manipulada realidad en la que vive el h@mbre postmodernista occidental “debemos” retrotraernos en la historia de la evolución del linaje humano sobre la tierra. Ser conscientes de ello significa “tocar piso”. Significa ser capaz de diferenciar los comportamientos humanos en las distintas culturas. Significa re-valorar lo sentido, lo percibido, lo visto, lo entendido y lo aprendido, máxime cuando muy raras veces todo ello NO depende de “nosotros mismos”. Asumir éste papel crítico significa no perder de vista a quienes imponen los modelos y estilos de vida asumidos como válidos y así saber cómo, cuándo y por qué defendernos. (Ver: “el corazón del hombre” de Erich Fromm).


Hacer un repaso de la forma histórica de cómo el hombre ha asumido su corporalidad significa “combatir” aquellas formas de pensar-actuar simplistas y carentes de dignidad como las masificadas a través de los medios de comunicación tradicionales con su distorsionado pero rentable concepto de imagen corporal. Significa asumir nuestro papel como hombres, como especie sapiens-sapiens y no como simples organismos multicelulares sin pasado, sin conciencia, conformistas, consumistas y sin interés por nada ni nadie.


Significa no sólo ser “maestros” en el disfrute del cuerpo ajeno sino del propio porque para “nadie” es un secreto que el hombre postmodernista se ha convertido en un crítico experto de “las masas corporales” de los demás y no de las propias. Significa que NO debemos olvidar las lecciones históricas de la vida como el metódico pero rentable "Pan y circo" de Juvenal, el mismo que reiterativamente se ha venido aplicando desde la antigüedad como un sofisma distractor mientras el saqueo y la conquista pululan. Significa que los académicos y los intelectuales que se refieren al tema deben ser nuestro punto de referencia y no los ampones y los corruptos.


Hacer que el hombre del común, el de a pie, reflexione sobre el producto que somos después de tantos años de evolución y de transformación (seis millones de años) significa recuperar lo perdido: Tantas mentes, tantas investigaciones, proyectos y planteamientos desaprovechados. Significa recuperar la historia "tirada a la basura" y los autores que han sido relegados al olvido. Sócrates, Descartes, Foucault, Rousseau, Darwin, Nietzsche, Maslow, Freud, Leboulch, Le Breton, Barbero, Quevedo o Llináz son algunos de ellos. (Ver post:El hombre y su corporalidad: El "yo-cuerpo" de los nuevos “h@mbres masa”


Recordar todo esto significa entender que la corporalidad del ser humano también ha evolucionado con la transformación de su pensamiento, percepciones e ideas con las cuales se construyen conceptos, sentimientos y acciones, es decir: sus comportamientos. Gracias a dichas transformaciones en los planos motor-sensorial, emotivo-motivacional y lingüístico-cognitivo es que el hombre piensa y actúa como lo hace, asume y razona sobre “sí mismo” y adopta uno u otro estilo de vida. Ver post: El hombre y su corporalidad: El "yo-cuerpo" de los nuevos “h@mbres masa” ).


Recordar todo esto significa re-pensar “la forma y el cómo” se logró pasar de un pensamiento mágico/paranormal a una conducta ritual y de creencias sobrenaturales hasta llegar a construir un sistema lógico y objetivo basado en lo racional, aunque afectado por las tendenciosas influencias de los mercados, especialmente los de la moda y la estética, y las demandas sociales en fusión con los mundos del trabajo y del estudio en comunión con los efectos del desarrollo técnico, tecnológico y científico y los fenómenos de la “mediatización y la globalización”, entre otros.


Por eso el cuerpo no ha dejado de ser una base referencial muy-muy fuerte para la mente humana. Sus emociones no sólo le han permitido reconocer la sensación de “sí mismos”, sino que son capaces de modificar, mutar y recodificar los diferentes pensamientos sobre la corporalidad, es decir: históricamente dicha toma de conciencia ha dependido más de lo emocional que de lo racional.
 
 Por eso no se puede olvidar que el hombre no sólo es un mamífero representante de los viejos homínidos provenientes de una rama del Australopithecus Africanu(400cm3 de masa cerebral), es decir el Homo Habilis, sino que gracias su linaje de elevada masa cerebral (700cm3) dejó de ser un simple primate para convertirse en la única especie capaz de alcanzar el desarrollo intelectual que los hizo pasar de lo psíquico simple a lo psíquico reflexivo(1500 cm3 de volumen cerebral) y con lo cual se alejó para siempre del resto de las especies animales. http://www.portalciencia.net/antroevosapi.html. Ver post: El hombre y su corporalidad: del australopithecus africanu al “hombre-masa” contemporáneo


En efecto, ésta historia fue la que ayudó al hombre a pasar de lo mítico a lo científico, de lo salvaje a lo civilizado, del hombre pre-histórico con libertad cuasi-absoluta al ser humano con “dominio” sobre el “in-consciente” postmoderno, es decir: de la realidad natural a la realidad virtual, de la inteligencia emocional a la racional y de allí a la artificial, en su afanosa búsqueda por subsistir. Una historia que cuenta cómo se ha usado y abusado de la corporalidad humana de forma “maquiavélica” desconociendo por largos periodo de tiempo las concepciones científico-culturales que han tratado de re-dignificarla y darle la trascendencia y el nivel que le corresponde. Ver post:La corporalidad: desde Sócrates hasta Llinás

Por: Ricardo Larug

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