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miércoles, 12 de octubre de 2022

*HOMBRE, CUERPO Y CORPORALIDAD

Por: RICARDO LARUG

Si se hiciera el ejercicio intelectual de re-escribir la historia del hombre con base en el sentido del presente post, bien podría resumirse diciendo que éste ha evolucionado desde el jurásico cazador prehistórico hasta el idealizado "Superman" a la mejor manera de Nietzsche, pasando por repetidas generaciones de heterosexuales reprimidos hasta llegar a los fenómenos transgeneristas. Sin embargo no se pueden desconocer algunos pasos intermedios que han sido el “talón de Aquiles de la sexualidad”, incluido su más reciente exponente: el H@mbre metrosexual de Mark Simpson y que para muchos no es más que otro excéntrico homosexual con su desmedido afán de exhibición.


Estos periodos intermedios no son tan desconocidos aunque sí negados: la historia bíblica, por ejemplo habla de la antigua Mesopotamia donde se reconoció el derecho a la prostitución de la mujer. También menciona a la controvertida ley babilónica que obligaba a sus mujeres a tener sexo con los extranjeros –aunque sea una vez en la vida- como sinónimo de hospitalidad. En los mismos términos dicha historia se refiere a las aberraciones sexuales heredadas desde la cultura judeo-cristiana a través de los relatos de Sodoma y Gomorra: homosexualidad, necrofilia (atracción sexual hacia los cadáveres) y sadomasoquismo (placer al dar o recibir actos de crueldad y dominio) entre muchos otras.

Por su lado, la historia clásica, la que “nos enseñaron sin mayor crítica” se refiere a la evolución desde el Australopithecus Africanus al homo hábilis y la del homo erectus hasta el homo-sapies. Es decir desde el cazador pre-histórico pasando por el recolector semi-sedentario hasta llegar al combatiente guerrero y de allí a las épocas del amo y el terrateniente feudal que esclavizó a cuantos hombres pudo, los mismos que después se convirtieron en obreros, artesanos y comerciantes de los antiguos “burgos” hasta evolucionar en el obrero-campesino desplazado y en el “hombre-máquina renacentista”.Ver post: El hombre y su corporalidad: Desde Sócrates hasta Llinás

Esa misma historia habla “entre líneas” del uso y abuso de la corporalidad y sexualidad del hombre tomando como ejemplo a la conducta libertina de las antiguas sociedades patriarcales griega y romana donde la reconocida prostitución y homosexualidad masculina no fueron tan intolerantes como se ha dicho, incluso es –tal vez—el único momento histórico y cultural donde dicho fenómeno coadyuvó a prosperar el culto por el cuerpo varonil y su aptitud física hasta niveles artísticos, “mientras” la mujer pasaba ignorada como lacaya de los dominios machistas, sometimiento que logró abandonar –en algunas oportunidades- con base en algunas prácticas eco-médicas que la encasillaron con las “ardientes brujas” del Medievo o a través del ejercicio del jurásico oficio de prostituta. Contradictoriamente esa otra historia se refiere en otros términos a la vida corpo-sexual de los “riquitos del pasado”, como los de la edad media y vivida a través de las cortes europeas (mujeres sumisas pero al amor libre-cortesano) y las cortes japonesas (geishas o aparentes damas de compañía y entretenimiento).

Del Superman de Nietzsche a la generación Web:

La sexualidad y la vivencia corporal del hombre moderno se comenzaron a gestar con base en la represión, la timidez y la ignorancia hasta llegar a su radicalización, abuso y comercio. Así fue que se llegaron a concebir ideas como las del alemán Nietzsche en el siglo XIX y su tesis sobre el prototipo del hombre ideal o Superhombre resumido en su seguridad, independencia, e individualismo aunque en detrimento de su corporalidad. Un hombre que no se deja manipular ni por lo tradicional ni por las masas. Un hombre capaz de generar su propio sistema de valores en contraposición a los ejercidos por la "moralidad esclava" difundida por religiones como el cristianismo con base en la resignación y conformismo. Un superhombre con el poder suficiente para controlarse “así mismo”, incluso hasta dejarse llevar por sus pasiones y sentimientos, contrario a lo expuesto en el pasado por Platón y Sócrates. Un hombre supuestamente integro pero definitivamente muy sedentario. (Ver: Así habló Zaratustra, el Ecce homo y El Anticristo de Frierich W. Nietzsche). http://es.wikipedia.org/wiki/As%C3%AD_habl%C3%B3_Zaratustra

Sin embargo todo éste proceso no terminó con la visión idealista de Nietzsche pero sí parió a seres bien controvertidos y sin iguales que culminaron siendo muy populares por su acontecer corpo-estético, como el conocido “gigoló” euro-americano pero con orígenes italianos, o como la temida “ninfómana” nacida de la liberada sexualidad sueca y hasta el popular “taxiboy” de la “estirada “sociedad inglesa. Historia que habla de un tipo de “evolución” muy particular pero que poco se refiere a los medios usados o dejados de usar como punto de apoyo necesarios en la construcción y desarrollo de las concepciones que el hombre contemporáneo ha tenido sobre sí mismo y su corporalidad.

Esos mismos “gigoló, ninfómanas y taxiboy” fueron testigos del despertar “generista y generacional” (especialmente de las capas sociales más altas) que desarrolló y masificó el estilo de los llamados “nuevos h@mbres” americanos y anglosajones de mediados del siglo pasado hasta bien entrados los /90, cuyos “comportamientos” y modas fueron copiadas “a lo pobre” por las capas urbanas más bajas de las sociedades de los países subdesarrollados y en vías de desarrollo. La lista comienza con los corporalmente despreocupados hippies y termina con los “hijos de papy: los baby boomer, los yuppies y los yeppies”.

Con los hippies y neo-hippies el hombre norteamericano comenzó a traspasar fronteras como una llamativa subcultura urbana que propugnaba una “cuasi-filosofía eco-sexo-libertaria” de la vida y donde el cuerpo era sólo una excusa: el sedentarismo rayaba con su pobreza de pensamiento en ésta materia. Con los Yuppies la corporalidad(yo-cuerpo) cobró otro sentido debido al inflado ego y “pervertida autoestima” que demostró ésta generación de “nuevos jóvenes profesionales urbanos” y que los hizo amantes de la apariencia para sentirse hombres de mundo, independientes y exitosos(status y dinero). Con ellos se da origen al “boom” de los gimnasios y las grandes cadenas de la industria del Fitness, entendiendo éste último término como los sistemas de condicionamiento físico para el mejoramiento de la calidad de vida, incluidas la salud y la belleza.

Con los Yeppies, en cambio, se desarrolló una generación más actual de “adolescentes mayores” quienes no le tributan tanto culto a la apariencia física pero sí recurren a ella para lograr sus prioridades profesionales(experimentar en busca de la perfección y la felicidad), razón por la cual la condición física ya no sólo se usó para estar “in” como en el reciente pasado, sino para alcanzar los tan anhelados objetivos personales(prolongar su juventud hasta el máximo). Hoy los Yeppies engrosan las listas de los adultos jóvenes o “treintañeros”.http://www.39ymas.com/temas/tendencias/

De ésta forma puede re-escribirse la historia del hombre desde su corporalidad hasta llegar –por una parte- a las mutantes subculturas del pasado reciente (“los hooper, los skinhead, los Sharp, los punks, los metaleros y los raperos”) a las “tribus urbanas” de hoy(jóvenes “desconectados” de lo tradicional). Contraculturas que corporalmente se caracterizan por tendencias estéticas similares y algunos hasta místicas como los visuals (“emos, góticos, púrpura y floggers”, entre otros) y que hacen parte de lo más actual de las controvertidas generaciones tecnológicas como la “X”, la “Y” y la “Z”(web). Pese a ellos aún están vigentes “la chica gomela, la mujer plástica y el varón metrosexuado”, quienes pese a gestarse a finales del pasado milenio hoy siguen disfrutando de su “protagonismo” convertido en proyecto de vida.

Es decir, de la contradictoria postura corporal del hippie que no sabía jugar al fútbol y que en “nuestro medio” no sólo nunca practicó algún deporte sino que su máximo ejercicio físico fue tratar de permanecer sentado en una esquina de la calle o “tirado” en el parque mientras sus hijos jugaban a las escondidas, a las “canicas”(bolas), a los “cinco huecos” o a las tapas por puro aburrimiento, se pasa al extremo opuesto: al Yeppie del pasado reciente y al varón metrosexual de hoy y para quienes el ejercicio físico, antes que el deporte, hace parte de sus estilos de vida, mientras “al otro lado de la acera” mira con desconfianza y resentimiento el hombre “del pueblo”, el de a pie, el hombre y empleado urbano del común.

Del hombre del populacho a las tribus urbanas:

En Colombia el típico perfil de hombre nace del “chacho del populacho” (aunque se niegue desde el término hasta su encasillamiento) y entre ellos se destaca el obrero-futbolista, el mismo del “roscón y la gasimba(pan y gaseosa)”, el de los partidos de futbol-callejero en los horarios intermedios de su trabajo o el “micrero-tomatrago de amargas” de fin de semana, además del trabajador “levanta-codo” de tienda-bar y rana(juego), y que no decir del empedernido billarista y fumador cuasi-ejecutivo, lista que también engrosa el desprevenido taxista(en su gran mayoría) cuya “barrigota” delata su ignorancia en materia de conciencia corporal aunque sí permanezca atento a la de los demás (mujeres y futbolistas).

Se trata de hombres autóctonos, orgullosos de sus protuberantes masas, de sus elevadísimos niveles de colesterol y glicemia, además de erigirse en virtuosos exponentes de "la sociedad des-informada" y despreocupada de "sí mismos y su corporalidad", contrario a la realidad de sus hijos: “raperos, Skates y bici-crosseros” para quienes los retos de las urbes(calles, andenes, parques de barrio, barandillas, escaleras, etc) han forjado la historia de sus cuerpos, lo cual significa que pese a tener una extraña relación con lo virtual aún no han sido sus víctimas, porque sería tonto negar que volverse “adicto” a la internet es sinónimo de sedentarismo, ¿o el problema será de plata?.

Pero mientras los hombres varones colombianos se han refugiado en éstos clásicos tipos de comportamiento, las mujeres han venido tejiendo la historia de su propia corporalidad con base en represiones y comportamientos machistas(la mayoría fomentados por ellas mismas) que poco a poco han sucumbido a una tendencia postmoderna que también ha abusado de sus voces y deseos de libertad y que las convirtió en un simple producto sociocultural de consumo masivo desde lo mediático, realidad desde la cual se explota su cuerpo para imponer modelos de vida basados en necesidades mercantilistas pero no en la razón, modelos que han sido adoptados especialmente por las más pudientes, "las de tetas de silicona, spa y gimnasio, narices de quirófano, cachetes rellenos de botox, odonto-sonrisas reconstruidas y camionetas de narco", las super-exponentes de la "cultura nini"(ni trabajan, ni estudian), mientras desde la otra esquina miran con cierta envidia aquellas damas que sólo han tenido como realidad inmediata su hogar, las mismas que viven la corporalidad de "los otros" desde las "telebobelas" y que sólo sienten la propia desde los oficios de la casa, desde la esclavitud de la cocina y desde la crianza de sus hijos, sea o no por temor a contradecir a sus maridos o simplemente por “lochas”…¿básico…no?.

En medio de éstos dos tipos de mujer viven las féminas con características de guerreras, laboriosas y estudiosas, pero con personalidad consumista: compradoras compulsivas de todo lo que se publicite para adornar, vestir y maquillar sus cuerpos. De ellas, un buen porcentaje sólo viven su corporalidad en función del disfrute del fin de semana. Son las chicas del "juernes" de rumba, del viernes de farra, del sábado de "machuque" y del domingo de "des enguayabe". Las mismas que hacen "TV-aerobics" mientras arreglan sus uñas, tinturan sus dañados cabellos o están desprogramadas pegadas al facebook.

Hoy esa misma historia comienza a ser re-escrita por los nuevos adolescentes y exponentes del postmodernismo cultural. Se trata de los miembros de las llamadas “tribus urbanas” de tendencia “visuals”, es decir “los cuasi-rebeldes hijos de papy” para quienes la reverencia a lo estético se confunde con su ansiosa búsqueda de identidad y por lo cual no dudan en copiar los comportamientos más extravagantes, las modas más “estrafalarias” y los movimientos corporales más rebuscados extraídos de las sensaciones musicales más radicales del momento, algunos de ellos han dejado atrás a sus “amigotes de vitriniada” en los centros comerciales para convertirse en “pokemones criollos”, es decir, en los consumidores de las subculturas de las urbes japonesas de finales de los /80 y hoy vigentes en Latinoamérica como producto del boom tecnológico. http://www.39ymas.com/temas/tendencias/

Aunque la corporalidad de los “Visuals” se caracteriza por su exagerado culto por lo estético (visual se refiere a la apariencia) su sub-estilo de vida se basa en las bandas de “heavy metal”(Rock pesado), incluso algunos de ellos han ido evolucionando hacia los llamados “floggers”, una tendenciosa moda argentina relacionada con “fotolog” es decir: muy ligada a los sitios web, donde postean sus fotos y “votan” por ellas según su apariencia física y belleza estética, a la mejor manera de los jurásicos perfiles griegos. Sus opuestos son los “enfermizos gamer”, video-jugadores por internet o por cualquier otro medio digital y para quienes pensar en lo corporal es solamente posible con base en lo virtual, pues no se criaron con chupos y teteros sino con nintendos, playstations, Xbox y últimamente con las video-consolas y portátiles de interacción tridimensional conocidas como Wii.

Mientras los “visuals” de la subcultura “pokemon” y los adolescentes de la subcultura web(1 y 2) abusan de sus cuerpos para perforarlos, tatuarlos, maquillarlos, peinarlos estrambóticamente y se gastan las plata de sus ”papis” en atuendos raros, iPod, Mp3-4 y iPhone, los otros adolescentes, los del rebusque, los hijos de los menos afortunados, los marginados y los desplazados, recurren a sus cuerpos para subsistir: son malabaristas, zanqueros, tragafuegos, mimos y vendedores de su pobreza. Usan los semáforos como su territorio y hacen de su corporalidad un todo, pues no poseen un capital más valioso que “a sí mismos”. No conocen otra realidad. Para ellos la virtualidad de los fanáticos “gamer” es inalcanzable y la caprichosa, ridícula y costosa “sensiblería” de los “visuals” es impensable.

De las contraculturas estéticas metrosexuadas al hombre post-orgánico:

Las nuevas formas de “comportamiento” han hecho que el ser humano de hoy, el h@mbre postmodernista, no sólo comience a escalar posiciones histórico-generacionales sino generistas, como nunca antes había sucedido, posturas que rayan no sólo con su apogeo bio-tecnológio sino con su “liberación socio-cultural”. Visión que se reafirma a diario con los procesos que modificaron las concepciones sobre el hombre y su corporalidad a través de los años.

Hoy no sólo se trata de volver a las posturas organicista-tecnomecanicistas o bio-mecatrónicas para reivindicar lo corporal de los hombres, como ocurrió en el pasado con el modernismo europeo(hombre-máquina), sino que se acuden a nuevas necesidades –incluso contraculturas- que tal vez sean producto de sus históricos comportamientos reprimidos y que llevaron a convertir al hombre en el “mero macho” contemporáneo y posteriormente en “el vigoréxico supermán o super-sayayin" postmodernista de gimnasio.

Estos históricos procesos también transformaron a la típica y sometida mujer casera en una “fiera de armas tomar” hasta liberarse de sus frustraciones, aunque muchas de ellas terminaron por refugiarse en los movimientos comprometidos con el amor libre y la libertad sexual, así fuera “detrás bambalinas”, “detrás” de las ropas de una marimacha o –en su defecto- de una declarada lesbiana e incluso de una reprimida ninfómana, mientras los hijos y los nietos de éstas últimas generaciones entretejen las historias de sus vidas desde las nuevas alternativas tecnológicas o desde las frustraciones corporales que heredaron de sus padres y de las cuales cotidianamente intentan liberarse.

Entronanizados en el postmodernismo, los h@mbres han comenzado a re-escribir sus vidas y han dejado atrás sus catalogados aburridos comportamientos de aparentes “homofóbicos” de principios del siglo XX, los de las reivindicaciones sindicalistas que luego comenzaron a engrosar las filas del hombre-masa de Ortega y Gasset, mientras los demás se refugiaban en nuevas tendencias subculturales o se dirigían directamente hacia las alocadas y des-ubicadas comunidades GTLB (gay`s, transgeneristas, lesbianas y bisexuales, etc).

Así fue que la especie humana llegó a concebir el reconocido machoman de los /80 el cual evolucionó en el des-coibido transmacho tipo-fashion del /2000 y que hoy asume papeles protagónicos en la realidad mientras se re-funde entre los internautas de la generación web-2,0. Igual sucedió con la liberada feminista de los /70 que contradictoriamente re-encarnó en la chica gomela de los /90 y en la chica plástica del botox, la silicona y el quirófano de principios del nuevo milenio, mujeres que en nuestro medio -- muchas de ellas--- se han destacado por ser “chicas pre-pago” o esposas del “traqueto de turno”, mientras que las demás, las del común, las mujeres-masa, pese a comenzar a ganar la batalla por su independencia de las ataduras de la cultura machista, siguen siendo el sostén de “la mediatizada cultura de masas”. Es decir: son las que económicamente sostienen al sistema ya sea con su propia plata o con la de sus “mariditos”.

La apertura hacia el h@mbre tipo-fashión del nuevo milenio, el super-consumidor, se ha dado no sólo por las nuevas tendencias subculturales mercantilistas relacionadas con la “moda retro” y la estética, sino por las posturas seudo-corpo-libertarias que no dudan en acudir al abuso de la apariencia física o –en su defecto- a la práctica de la “profesión más antigua de todas” para conseguir escalar posiciones en el mundo del trabajo, tal y como ya lo hicieron y siguen haciendo gran cantidad de mujeres. (Ver: “el corazón del hombre” de Erich Fromm).http://www.lecturalia.com/libro/18490/el-corazon-del-hombre

Dicho fenómeno más que un aparente renacer de la sensualidad, del narcicismo, del erotismo, de la belleza y de la seducción, se ha convertido en una excusa cuasi-oculta que intenta bajar el tono de un nuevo “round” entre los “dos” sexos, pero en ésta oportunidad desde y con base en la corporalidad.http://www.letra.org/spip/article.php?id_article=622Una batalla por el poder, por las oportunidades, por el protagonismo mediático, por la competencia que genera el tratar de subsistir en el mundo de la postmodernidad y que según el filósofo y sociólogo francés, Gilles Lipovetzky, se da con la aparición del “hombre metrosexual”, una especie de estratega hedonista que lucha por desplazar a su más cercana rival, a su más férrea competencia: a la mujer... y  con sus mismas “armas”, es decir: sexo, erotismo, sensualidad y resentimiento. Por eso la prioridad del hombre metrosexual es convertirse con base en su corporalidad(yo-cuerpo) en el nuevo objeto del deseo para reivindicar su histórico papel de “dominio generista”. http://www.robertexto.com/archivo3/fenom_posmoder.htm

Estas últimas tendencias comportamentales postmodernistas  tal vez coincidan con ciertos  pensadores como Marcouse quien para finales de los /50 propuso rechazar todo orden establecido mediante la liberación del eros. Es decir: remplazar  el animal racional por el    animal erótico, lo que supone el desarrollo espontáneo de los instintos sin ningún tipo de represión(Ver: Eros and Civilization (1955)).   El fin: combatir la nueva forma de esclavitud del hombre generada por la tecnología y su nuevo orden social con base en un hombre unidimensional degradado a simple instrumento, carente de autonomía y capacidad de decisión que lo han llevado a la alienación suprema: la pérdida de la libertad, producto del positivismo y del análisis del lenguaje que configuraron una sociedad cerrada y opresora basada en el signo racional de la irracionalidad con su modelo de producción (Ver One-dimensional Man (1964)  y su ensayo sobre la liberación en: Five Lectures 1970,).

De todo lo anterior puede concluirse entonces que hoy en día los mecanismos invisibles de la sociedad consumista han instalado una nueva especie de h@mbre basado no sólo en lo corporal e intelectual sino en lo tecnológico, aunque la verdad sea dicha: el protagonismo de éste territorio de la generación web parece prescindir -cada vez más- de lo biológico para dar paso al h@mbre post-orgánico, al hombre virtual y “desmaterializado”, al hombre del “sexo por la internet”, el ciber-deportista(gamer o video-jugador), el de la era de la inteligencia artificial o como dirían los científicos y los más “engomados” del tema: “la era sub-simbólico-inductiva”.

Se trata de la generación que ha visto nacer al hombre “ciborg”(organismo ayudado de componentes mecatrónicos, como bien podría ser un marcapaso), al ser humano que además de mutar a sexos transgénicos ha transformado sus concepciones basado en la mediatización de lo “transcultural”, sin que por ello haya perdido su esencia en el paso del “hombre-singular al h@mbre-globalizado”, proceso que “travestizó” sus pensamientos y “comportamientos” como requisito para sobrevivir en los competitivos mundos de la realidad y de la virtualidad.   Ver post: El hombre y su corporalidad: Desde Sócrates hasta Llinás

Nota: para leer más sobre el tema favor consultar los post relativos a “el hombre y su corporalidad”.

Por: Ricardo Larug.

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